Por un lado está la competición individual, tu, tu música y tu aparato, nadie más, todo depende de tí, pero es precisamente en esta modalidad en la que competirás contra tus propias compañeras, las que hace pocos meses competían junto a tí en la modalidad de conjuntos, donde las 5 salíais al tapiz a la vez, y debíais colaborar para el bien común.
Son estas situaciones las que enseñan a las gimnastas a tener una sana competitividad, este sentimiento debe existir, las gimnastas deben querer ganar con sus ejercicios, pero nunca a toda costa, y entiendo siempre que las que están ahí, sus rivales dentro de la competición, fuera son sus compañeras, sus amigas, sus amistades para toda la vida.
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